Guía del diamante

La calidad de los diamantes viene determinada por cuatro parámetros conocidos como las 4Cs de diamante, en función de las cuales también se determinará el precio del diamante. Estos cuatro parámetros hacen referencia a las características de talla (Cut), color (Color), quilates (Carat) y pureza (Clarity) de los diamantes. 

La talla de un diamante es esencial para conseguir la máxima belleza. Esta se divide en tres parámetros: proporciones, pulido y simetría. Cada uno de ellos se evalúa empleando cinco grados: Excelente, Muy buena, Buena, Media y Pobre. Una talla perfecta tendrá más destellos, brillo y fuego.

• Las proporciones definen el brillo y el fuego de un diamante, y vienen determinadas por el diámetro de la tabla, la altura de la corona y la profundidad de la culata. 
• La simetría describe la variación de distintos parámetros, como la medida y los ángulos del diamante, que definen las proporciones.
• El pulido describe el acabado final de las facetas.

Así, cuanto mejor sea su talla, más valioso será el diamante. 

La pureza de los diamantes hace referencia a las inclusiones que poseen. Al ser minerales naturales producidos por la naturaleza, todos los diamantes tienen huellas de su proceso de formación. En la mayoría de los diamantes, dichas huellas consisten en minúsculas características internas o inclusiones.

La escala de pureza indica el tamaño, el número y la situación de las características internas observadas con una lupa de diez aumentos (10x).

La graduación de pureza de los diamantes siempre debe realizarse bajo condiciones idóneas de iluminación y por un ojo experto. Los diamantes de mejor calidad son aquellos cuyas inclusiones no se observan con la lupa de 10 aumentos. 

La escala de pureza del diamante tiene los siguientes valores:

       1. IF (Internally flawless), FL (Flawless), o Loupe Clean (LC)

Se trata de la mejor calidad en la escala de pureza. Algunas normas, según se hallen o no pequeños defectos externos, dividen este grado en dos: (Internally Flawless y Flawless). 

Los diamantes de este grado son completamente puros, puesto que no tienen ningún defecto interno. El grado Flawless permite la existencia de pequeños defectos inapreciables, siempre que se encuentren en la culata. 

      2. VVS (Very Very Small Inclusions)

El segundo grado de pureza se designa por sus iniciales. En este grado, se pueden observar diminutas inclusiones apenas apreciables, incluso para un observador experimentado. En muchas ocasiones, es necesario determinar estos defectos en un laboratorio, pues nos imperceptibles a lupa 10x. 

Este grado a su vez se divide en VVS1 y VVS2. 

      3. VS (Very Small Inclusions)

En este grado pueden encontrarse inclusiones muy pequeñas, detectables a lupa 10x por un ojo experto. 

Este grado se divide también en subgrados VS1 y VS2.

      4. SI (Small Inclusions)

Este grado muestra diamantes con un gran número de pequeñas inclusiones apreciables fácilmente a lupa 10x. 

También se divide en los subgrados SI1 y SI2. Los diamantes con una graduación SI2 tienen defectos a simple vista por la culata. 

      5. Piqué (P) o Imperfect (I) 

La GIA se refiere a este grado como Imperfect (I), mientras que los demás laboratorios lo denominan Piqué. 

En este grado se encuentran los diamantes de mala calidad en cuanto a su pureza, pues tienen defectos que afectan al brillo, transparencia, aspecto y belleza del diamante. 

Este grado se divide en tres, P1, P2 y P3. Se puede decir que el primero es aceptable, pues las inclusiones no siempre se aprecian a simple vista y no perjudican el aspecto general de la piedra. Sin embargo, los dos últimos grados albergan numerosas inclusiones apreciables donde la belleza es prácticamente inexistente, pues el brillo y la transparencia se ven completamente afectados. 

La graduación del color de los diamantes (excepto de los diamantes fancy) se basa en determinar el grado de incoloridad que presentan, es decir, la ausencia de color. La escala de graduación de color propuesta por GIA (Gemological Institute of América) se extiende de la D (completamente incoloro) a la Z (amarillo claro) y es el sistema de clasificación más aceptado en la industria. 

La mejor calidad de los diamantes en cuanto al color viene dada por la máxima incoloridad, que, además de proporcionar el aspecto más bonito, es la más rara.

Para graduar correctamente el color de un diamante, se requieren una serie de condiciones: 

1. El diamante debe estar desmontado.
2. El diamante debe estar limpio y ha de manejarse siempre con pinzas.
3. El ambiente donde se gradúe debe tener un tono blanco grisáceo neutro, con el fin de evitar que puedan producirse reflejos que afecten a su graduación. 
4. Se debe emplear una iluminación adecuada que se asemeje a la luz diurna
5. Se ha de emplear una escala patrón de diamantes, pues en todos los laboratorios, la graduación del color se realiza por comparación visual. 

Todos los diamantes empleados por Condé de Diamante tienen una graduación de color de D a H. 

El quilate (ct) es la unidad básica de medida de peso de los diamantes. Un quilate (1 ct) equivale a 0,20 gramos y se divide en 100 puntos (un diamante de medio quilate – 0,50 ct – puede describirse como un diamante de 50 puntos).

Cuanto mayor es un diamante, mayor es su precio por quilate, siempre que se mantengan el resto de características. Con el aumento de peso, el precio no aumenta de forma proporcional. Es decir, dos piedras de medio quilate valdrán menos que una de un quilate de la misma calidad.

En Condé de Diamante únicamente trabajamos con diamantes y piedras preciosas de la mejor calidad. Todos los diamantes que componen nuestras joyas y anillos de compromiso tienen una graduación que comprende los valores de color D-H, pureza IF-SI y talla EX y VG.